Végere: La primera alternativa vegana a la estética tradicional en Barcelona
- Isabel Bereño y Alba González
- 11 may 2018
- 8 Min. de lectura
Escondida entre las calles del barrio de Gracia puedes descubrir la puerta a un refugio natural, donde bajo el nombre de ritual, encontrarás multitud de tratamientos totalmente veganos para cuidarte tanto por fuera como por dentro. Mayte Domínguez, naturópata, terapeuta de aromaterapia y alquimista, te recibirá encantada con una sonrisa. Ella es la responsable del centro de estética vegano Végere, el primero y único en Barcelona. Con un año de vida y un ambiente que sigue en todas sus expresiones el estilo vegano, en Végere no se buscan cánones de belleza imposibles. Aquí está permitido ser tú, estar sana y ser feliz.
Vídeo recorrido por Végere /Alba González
No es habitual ver centros de estética veganos. ¿Qué os ha hecho abrirlo?
Digamos que nuestro jefe tenía otro centro de estética y quería buscar algo diferente, entonces Silvia Baylén, que era la persona que estaba en marketing y es bastante afín con todo el mundo vegano, hizo un estudio de mercado. Se dio cuenta de que hay un montón de alternativas veganas en cuanto a alimentación, pero no hay nada para el cuidado de la piel. ¿Solamente comida vegana? No. Hay ropa, hay zapatos, hay peluquería, hay maquillaje... y faltaba un centro de estética en el que pudiésemos aunar un poquito todo esto. Entonces me llamaron, hicimos una entrevista y, como llevo mucho tiempo haciendo estética y siempre he buscado la alternativa más natural, les gustó mi currículum y me uní con ellos.
¿Solamente comida vegana? No. Hay ropa, hay zapatos, hay peluquería... y faltaba un centro de estética donde poder aunar todo esto.
¿Ser vegano es un requisito para trabajar en Végere?
No. Pero indiscutiblemente tienes que tener una cierta sensibilidad. De hecho, la gente del equipo, no es porque los hayamos buscado, somos en mayoría vegetarianos; o sea que no somos veganos realmente. Por ejemplo, carne no se nos ocurre (risas). Y es divertido, porque si alguien que estuviese trabajando aquí comiese carne, se sentiría un poquito raro y nosotras también: nos dolería.
¿Qué formación necesita el personal de este establecimiento?
En cuanto a tratamiento, de higiene, por ejemplo, los pasos son iguales a los de estética tradicional, más o menos. Lo que cambia es el producto: con lo cual sí que tienes que tener una formación de cara a ese producto. La gente que viene de aromaterapia, de otras medicinas o de sistemas más naturales, del ámbito spa –que también trabaja todo el tema de las algas–, arcillas o el micronizado de plantas, enseguida lo entiende. La diferencia se encuentra en el manejo del producto, no tanto en los pasos que se trabajan.
¿Vuestros clientes son exclusivamente veganos?
Sorprendentemente, viene una gran mayoría de gente que no es vegana, pero que, de todas maneras, sí que busca cuidarse de una forma más natural. Tenemos este sector por un lado y tenemos el grupo de gente que ya es vegana y ha tenido algún problema de salud.
Esto me ha pasado con muchas clientas: tienen más conciencia en cuanto al cuidado de su piel, también cambian su alimentación y ven que su cuerpo responde y que está mucho más sano.
Hay una clienta, por ejemplo, que es la más especial, porque es sensible a cualquier producto químico. Antes de venir me hizo un test enorme, lo probó y salió encantadísima.
Los centros de estética son popularmente conocidos por promover la belleza perfecta. ¿Cómo se relaciona este tópico con Végere y el veganismo?
Somos un centro de estética vegana por el tipo de procedimientos y de productos que utilizamos. Para nosotros un canon de belleza impuesto no existe, no es real: el único canon de belleza es el que tú quieras tener contigo mismo; por eso no tenemos cuadros, no tenemos fotos de chicas “maravillosas y estupendas”, no queremos condicionar a nadie. Nosotros vamos a tratar a la persona en sí. El veganismo aboga, sobre todo, el respeto por los animales y la naturaleza y es un poquito lo que hacemos y lo que pretendemos aquí. Por eso va ligado.
A parte, estamos unidos a alguna asociación como “Almas Veganas”; tenemos un bote e invitamos a la gente a que contribuya con algún tipo de donación. Nos gusta ir haciendo este tipo de cosas, no solamente lo que es estética y ya está.

Pasillo principal en el que se aprecia la decoración /Alba González
¿Por qué toda vuestra oferta se presenta bajo el nombre de ritual?
Si yo te digo tratamiento, lo ves un concepto de clínica; si te digo ritual, te lleva a un spa, a un sitio más “slow”, más tranquilo.
La idea es elaborar un ritual para ti, que sea algo más sensitivo. El hecho de no utilizar aparatología ya elimina todo lo que comporta: las vibraciones, todos los ruidos, los cables, etc. y la música que te envuelve, los olores de los aceites esenciales... crean un ritual.
Nos pasa mucho que pensamos que somos así: esto (hace referencia a la cabeza) va por un lado y esto (haciendo referencia al tronco) va por el otro. Pero, somos un todo y en los rituales lo unes, te vuelves más holístico. Nuestro objetivo es ayudar a cambiar la conciencia y a estar un poco más abierto.
¿Cuál es vuestra fuente de inspiración?
Supongo que es mi formación. Esto es como todo, quien lo trabaja, al final es quien le pone el sello. En concreto, mi educación ha sido, por una parte, el estudio de aquello que es más físico y tangible y, por otra parte, todo lo que es más energético.
Vivimos en un mundo muy acostumbrado a dividir las cosas: hombre o mujer, blanco o negro, arriba o abajo. En cambio, si todo esto lo unificas, tienes un uno, que es el ser humano. ¿Cómo vamos a trabajarlo? A través de la aromaterapia, de los aceites o del tacto en los masajes. Todo esto reequilibra y te reconecta.
Cuando me plantearon crear los tratamientos, era algo que iba conmigo y fue tan sencillo como decir: Si tú vas a este centro, ¿cómo te gustaría salir? Pues me gustaría salir así.
¿Cuál es el tratamiento por excelencia de la clínica?
El que más nos piden es el de burbujas de oxígeno, que es el de la higiene facial. Se limpia la piel a través de una extracción y luego hacemos un tratamiento específico para que mejore esa piel.
Otros que también nos piden muchísimo son el elixir de juventud y el minerales mágicos. ¿Por qué estos dos? Porque aportamos oligoelementos, que son esenciales para nuestra salud y para la formación del tejido y son súper antioxidantes. La piel cambia de manera radical porque la estamos fortaleciendo desde dentro. Luego, ya depende de las necesidades que tenga cada uno, le haremos una cosa u otra.
¿Cuál es el ingrediente más usado en vuestros rituales?
Los aceites son los productos con los que más trabajamos. En función de las características del cliente, escogemos un aceite u otro teniendo siempre en cuenta sus propiedades. A mi este mundo de los aceites me vuelve loca. La capa de protección de la piel está hecha a base de ácidos grasos y cuando utilizas un aceite, le estás proporcionando algo que ella entiende. De manera que tu piel, gracias a este ingrediente, mejora de forma natural.
Mayte nos habla sobre la decoración del local y del orígen de sus trajes /Alba González
¿Cuál es el principal beneficio de estas prácticas?
El beneficio principal es saber que te estás cuidando con productos de buena calidad.
Uno de mis objetivos máximos es que el cliente cuando entre se transporte a otro lugar, que sienta que le están escuchando y que va a recibir lo que realmente su piel le está pidiendo. Sobre todo, es muy importante el hecho de sentirse escuchado, ya que el beneficio real es obtener lo mejor para ti mismo, con un cuidado máximo en cuanto a materiales y sin ningún tipo de explotación animal. También destacamos el respeto hacia la persona o hacia el entorno.
La finalidad de Végere es que como consumidor salgas en armonía con todo aquello que te rodea.
¿Los clientes perciben todo lo que queréis transmitir?
Sí. De hecho, muchos de ellos repiten porque han notado buenos resultados. No obstante, es cierto que mucha gente, al principio, no entiende lo que les estás explicando porque no conocen los productos o las técnicas. Pero esa parte informativa tiene que estar. Debemos realizar un trabajo muy importante de reeducación, porque no todos los tejidos son iguales ni tampoco son iguales todos los alimentos.
Es conveniente que sepan, por ejemplo, que un aceite tratado químicamente lleva parafinas mezcladas y moléculas del tamaño de una moneda que te obstruyen los poros, con lo que finalmente tu organismo acabará notando estas alteraciones y surgirán problemas.

Estantería con productos veganos Cabina de masajes y tratamientos faciales / Alba González
¿Todo este trabajo tiene alguna relación con la fitoterapia?
La fitoterapia es el estudio de las plantas, así que, con todos los procesos que utilizamos, como la aromaterapia, tienes que tener cierto conocimiento y formación. Sí que tenemos que ver con la fitoterapia, de hecho, casi todo lo que hacemos está relacionado con esta práctica.
¿En qué os basáis para fijar los precios?
Básicamente en costes; de mano de obra, de alquiler, etc. Hoy en día todo es caro. Los productos son de calidad, con lo cual, se tiene que notar.
Hemos intentado ajustar el máximo posible los precios para que no sea demasiado caro, porque tampoco queremos un centro de estética vegano exclusivo o de lujo, porque ahí es donde se pierde el concepto vegano. Buscamos que esté al alcance del mayor número de personas posible. Además, también tenemos bonos para ayudar a la gente con el gasto. No buscamos ganar dinero a costa de los demás, no queremos promover productos de calidad y que luego no lo sean realmente. Por eso, los precios en general son asequibles.
No queremos un centro de estética vegano exclusivo o de lujo porque así es como se pierde el concepto vegano
¿Actualmente el negocio es rentable? Y, ¿lo fue desde un principio?
En un principio no fue fácil. Uno de los motivos es porque abrimos el establecimiento en mayo, de hecho, el 25 de este mes celebramos nuestro primer aniversario. Abrir un centro de estética en mayo es absurdo. La intención era inaugurarlo antes, pero por problemas con el local, la apertura se demoró hasta final de mes.
Sabíamos que el inicio no iba a ser fácil y que nos costaría más que si hubiésemos empezado en febrero o en marzo. Durante los primeros meses, la gente pasaba por delante y no sabía exactamente qué iba a encontrar al otro lado de la puerta, no sabían qué ofrecíamos ni qué hacíamos en el centro. Incluso, han llegado a sentarse en una mesa y pedirnos un café. Fue importante ir educando a la gente en este ámbito para darnos a conocer. Gracia es un barrio muy familiar, nos gusta, precisamente, por esta razón, así que también buscábamos el “boca a boca”.
En septiembre y octubre, la acogida fue más fluida y ahora podemos decir que estamos bastante contentos con el negocio.
¿Tenéis pensado expandiros?
Sí. Fundamentalmente porque el concepto que intentamos trasladar es encontrarse bien con uno mismo y, cuanto más cambiemos la manera de cuidarnos, mejor será para nosotros, para el planeta, para los animales y para todos. Esta idea consiste en plantearte realmente qué es lo que quieres hacer. “¿Quieres cuidar este planeta? ¿Sí?, pues hazlo. Pero hazlo bien". A veces nos olvidamos de que la piel es un órgano más, por eso ponemos en nuestro eslogan: No te pongas nada en la piel que no te puedas comer.
¿Por qué piensas que en España no hay tantos centros de estética vegana?
Realmente no podría decir el motivo exacto. Lo natural, según como lo trabajes y como lo vendas, es difícil. También es más fácil disponer de maquinaria y trabajar con ella. Supongo que trabajar desde el campo de lo natural requiere más valentía.
¿Piensas que a la gente le falta información en este ámbito?
Mucha. Por eso uno de nuestros objetivos es ofrecer un servicio de información. En nuestro caso, son talleres gratuitos. La libertad del cliente también es esencial en los talleres. Hay personas que no creen nuestras técnicas o a las que les cuesta creerlo. Por eso, otra meta de Végere es contribuir a una nueva conciencia, tanto de consumo como de respeto por el medio ambiente.

Entrevista a Mayte Domínguez / Empleada de Végere
Tras descubrir Végere no quedarás indiferente. Ya sea por su crema depilatoria comestible, los precios o la simple, pero cuidada, decoración, saldrás de allí pensando en este estilo de vida. Concienciación, será, probablemente, el efecto que te inunde y la próxima vez que asistas a un centro de estética convencional te preguntarás: ¿Estoy siendo respetuoso con mi entorno?
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Végere - Belleza Vegana
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info@vegere.es De lunes a viernes: de 10h a 20h. Sábados: de 10h a 14h
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